¿Utopía? Si crees que lo es, lo será...

Este blog nace con la finalidad de informar sobre acciones, campañas, cursos, manifestaciones, charlas y todo tipo de eventos públicos, ya sean de protesta o meramente informativos y contrainformativos.

Hay una necesidad* cada vez mayor de organizarse y asociarse en núcleos locales para la acción pacífica, en una sociedad cada vez más individualista, competitiva e indiferente, en contraste con sociedades participativas, cooperativas y respetuosas.


Además, en esta página también se pueden ofrecer bienes y servicios en el trueque. Esto se propone dada la gran acaparación de objetos por simple consumismo, y porque en parte se ha perdido el intercambio no monetarizado y personal. Se da una visión dependiente del dinero como fin en sí mismo y no como valor abstracto para conseguir recursos, que son realmente los importantes.

Cualquier tipo de comentario, ya sea crítica, opinión o duda, será bienvenido.

*Esta necesidad es el resultado de factores éticos (leyes comerciales injustas, mano de obra sobreexplotada...), sociales (despersonalización de las grandes ciudades, baja calidad de relaciones locales...), económicas (crisis mundial, constante necesidad de deudas hacia la banca...), medioambientales (cambio climático, disminución de recursos básicos como el agua potable, etc...) y contextuales (agotamiento de energía en la que está basada nuestra sociedad, gran influencia de las corporaciones internacionales...). Todo esto es debido al fracaso y la insostenibilidad de un sistema dependiente de un crecimiento económico continuo (imposible de sostener en un planeta finito), y éste a su vez dependiente de consumo innecesario e insatisfacción.

"El mundo sólo evolucionará y superará su situación de crisis usando otra forma de pensar, diferente a la que creó la situación". (A.Einstein)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

De por qué el ecologismo no es mero "altruismo" (por Wilya)


Empezaré exponiendo mi intención de, por esta vez, no hablar sobre el lince ibérico, los osos polares o las ballenas. Tampoco sobre las desigualdades, el hambre o la miseria, o sobre que el 20% de la población robamos literalmente al 80% restante la mayoría de los recursos disponibles, o sobre los que no pueden ni siquiera hacerse escuchar. Ni siquiera sobre la idea de la humanidad flotando todos en el mismo barco a la deriva, encerrados en camarotes absurdos, unos más decorados que otros eso sí, mientras unos pocos luchan por ser dueños del timón, y en el que, para bien o para mal, no hay botes salvavidas.

No. Esta vez hablaré de nosotros mismos y de nuestra supuesta “riqueza”, por la que nos desvivimos y a la que orientamos toda nuestra vida, alienados en un incesante deseo de alcanzar ese horizonte de plenitud y satisfacción material que nos han vendido. Esta compra de la idea de necesidad hace que se conciban cosas tan incomprensibles como que valoremos más pedazos de papel y de metal con un valor abstracto (o ni siquiera eso: números en un ordenador) que los propios recursos naturales de los que nace absolutamente todo lo concebible. O que valoremos más nuestras adquisiciones, presentes o futuras, que nuestra propia felicidad. (Porque no hay un secreto para ser feliz, el truco únicamente está en serlo: en aceptar lo que somos, en agradecer cada momento que la vida nos da, en vaciarnos y darnos cuenta de que no es posible el vacío).

Se podría contra-argumentar que entonces el ecologismo se convertiría en otra forma de necesidad. Y sí, es necesario para nuestra supervivencia como especie, pero no como meta lejana que produzca insatisfacción, pese al consumismo disfrazado de “nuevo ecologismo” que nos intentan hacer tragar las multinacionales. Todo lo contrario, es comprender que estamos todos estrechamente relacionados, es cuidar del medio ambiente y social más cercano porque esa es la única forma de cuidarnos a nosotros, es romper con el miedo y mirar de frente al mundo de las apariencias... (*)

Creemos que no se puede hacer nada porque desde siempre nos han enseñado a que somos uno mismo y luego aparte el mundo, sin tener en cuenta su interrelación. (Además, ese individualismo nos lleva a una escasa eficiencia energética y material, otra de las ironías de la sociedad). Sin embargo, ya solo el hecho de reducir el consumo hacia lo necesario y orientarlo hacia los productos locales, fomentando el bien común frente a lo privado, sería bastante presión. Es hora de despertar y levantarnos, no podemos esperar a caernos de la cama.

Se admiten comentarios, pero sobre todo críticas :)

(*) En cambio, a menudo el altruismo puede llegar a ser paternalista y constituir así una barrera entre los "buenos" y los "necesitados", a los que hay que aconsejar y ofrecer nuestra ayuda protectora, lo que crea dependencia y desigualdad, en contraste con la interdependencia y cooperación. Todos tenemos algo que ofrecer, es mucho mejor no tratar a nadie como si no lo tuviese.

4 comentarios:

Bieito dijo...

El gran problema de nuestra sociedad es querer medir todo en términos monetarios, pues el dinero no es otra cosa que el egoismo traducido a un pedazo de papel o, como bien dices, simples números. Recuerdo un artículo de opinión que criticaba cómo puede ser posible que el ser humano valore más un animal como el rinoceronte blanco despues de muerto, cuando quedan tan pocos ejemplares con vida. El dinero es el principio y el fin de las desigualdades en el mundo, y va siendo hora de buscarnos un medio de intercambio más eficaz basado en el bien común y no en el particular, pues como ocurre con tantas otras cosas es preferible escuchar la opinion de todos a que prevalezca la de unos pocos que no van a hacer nada por cambiar el mundo, dado que les favorece que las cosas sigan como están.

Waity dijo...

Te doy toda la razón, aunque yo incluso creo que a esos pocos tampoco les favorece a largo plazo, y sinceramente no creo que sean muy felices (y la felicidad es importante), el problema es que es muy difícil salir de ese mundillo una vez que te metes... Gracias por comentar :)

Anónimo dijo...

Hola, opino como tú, te expresas brillante. Yo tambien creo que no vale el paternalismo y beneficiencia que alimenta vagos, pienso que hay que estimular lo que se tiene, todos tienen la responsabilidad de dar, recibir y volver a dar, son LAS TRES GRACIAS, los DONES DE VENUS.
Sí, todos tenemos "algo", todos somos diferentes y valiosos, hay que romper la VARA que mide nuestra civilización. Y apuntar algo importante: Cuando uno se ENRIQUECE, otro u otros se EMPOBRECEN, no hay paises pobres, hay paises EMPOBRECIDOS. Por PAISES enriquecidos. ((Un beso, me conoces, soy roska9 en otro sitio))

Waity dijo...

Pues que alegría que me das! Y muchas gracias por tus palabras, ya sabes que siempre serás bien recibida.

Aparte totalmente de acuerdo contigo. Un besazo!